1. La Renta Fija, cada vez más atractiva
Los Bancos Centrales siguen subiendo los tipos de interés para intentar parar la inflación. Esto supone que la economía mundial se resienta por el alza de los costes de financiación, causando a su vez temores, cada vez más plausibles, de una posible recesión. Con todo, las curvas de tipos de interés siguen subiendo, sobre todo en los tramos más cortos de las curvas. Tal es el caso de la curva de la deuda soberana de Alemania, que ha aumentado prácticamente 100 pb en septiembre, situándose en niveles cercanos a los 200 pb en su tramo a 2 años.
Por su parte, los diferenciales de crédito tanto en Grado de Inversión como en Alto Rendimiento (Investment Grade y High Yield, respectivamente en inglés) se han ampliado considerablemente, causando retrocesos en el precio de los bonos de deuda corporativa. Retomando el ejemplo de Europa, el índice Markit iTraxx Crossover CDS europeo ha alcanzado máximos anuales por encima de los 650 pb, niveles próximos a los vividos en las caídas de 2020 o en la crisis de la deuda europea en 2012.
En estos niveles, no creemos que los Bancos Centrales tengan demasiado margen para seguir subiendo mucho más los tipos de interés sin hacer entrar la economía en recesión. Además, con los diferenciales de crédito bastante abiertos, empezamos a ver oportunidades interesantes en Renta Fija para el medio plazo. Sobre todo, en activos de duración corta-media, donde se pueden obtener TIR alrededor del 4% en Investment Grade y superiores al 8% en crédito High Yield.