1. La inflación desciende en noviembre
Apenas unos días atrás conocíamos las cifras de inflación de Estados Unidos y de algunos países de la Eurozona referentes al mes de noviembre. En ambas regiones la cifra fue inferior a lo que el mercado esperaba, dando pie a reacciones positivas en los mercados.
En Estados Unidos, la inflación anual retrocedía hasta el 7,1% contra el 7,3% que se esperaba y el 7,7% del mes de octubre. Los principales ítems que han hecho retroceder el avance de la inflación han sido básicamente la energía y los bienes de consumo, como los vehículos de segunda mano. Por su parte, los activos inmobiliarios (uno de los principales componentes con el 33% de peso en el índice de precios) han empezado a dar señales de que podrían tocar techo en los próximos meses, por lo que deberíamos empezar a tener lecturas de cifras descendentes en este ítem.
En Europa, el retraso en el ciclo hace que los niveles del IPC se mantengan todavía más elevados que en Estados Unidos. Además, la desaceleración no ha sido tan pronunciada como en el otro lado del Atlántico. Alemania registraba un IPC del 10% respecto al 10,4% anterior.
En ambos casos la energía ha sido un claro catalizador del descenso de las lecturas de las cifras de inflación. El mes de noviembre fue más cálido de lo habitual, manteniendo los niveles de inventario de materias primas energéticas elevados, permitiendo la bajada de los precios de la energía y de algunos combustibles fósiles (la gasolina descendió un 2% en noviembre en Estados Unidos).
A medio plazo esperamos que la inflación se siga moderando, pero todavía lejos de los niveles objetivos de los Bancos Centrales. Creemos que todavía van a existir presiones inflacionistas, en parte causadas por la reapertura de la economía china al reactivar la demanda de materias primas por parte del gigante asiático.