En un mundo altamente competitivo, la innovación es el principal desafío para la mayoría de empresas.
Nos encontramos en la Era Digital en que crece la llamada economía colaborativa que nos proporciona nuevas formas de hacer negocios y de relacionarnos con los demás a través del intercambio de bienes y servicios e incluso de conocimiento.
Este nuevo esquema de relaciones está basado en la colaboración y la confianza, e impacta en cómo las empresas involucran a sus clientes en sus procesos de innovación y de mejora continua.
Es aquí donde aparece el término «co-creación» como una práctica creciente aplicable a diversos ámbitos de la empresa como un ejercicio colaborativo a través del cual las marcas trabajan mano a mano con sus clientes o usuarios para desarrollar estrategias de comunicación y marketing, diseñar nuevos productos y procesos e incluso crear experiencias de marca únicas.
Potenciar el pensamiento creativo de los clientes permite la generación de ideas innovadoras. Ideas que están alineadas con sus necesidades y requerimientos y que se traduce no solo en mejores estrategias de marketing y en un incremento de ventas, sino también en una mayor satisfacción del cliente.