Acabamos de cerrar un mes en el que la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos impactó en los mercados financieros globales. Se registraron fuertes movimientos en la renta variable, los activos digitales, las divisas y las materias primas.
En Estados Unidos, los índices volvieron a alcanzar máximos históricos: el S&P 500 superó por primera vez los 6.000 puntos, con un avance mensual del 5,73%. El índice de las pequeñas compañías norteamericanas, el Russell 2000, fue el gran protagonista del mes, y se revalorizó en un 10,84% frente a las perspectivas de las políticas proteccionistas impulsadas por Trump, que podrían beneficiar especialmente a las empresas orientadas al mercado interno. También el índice tecnológico, el Nasdaq 100, mostró un comportamiento positivo, con una revalorización del 5,23% en noviembre.
En cambio, Europa y Asia experimentaron retrocesos generalizados: el Euro Stoxx 50 y el Nikkei 225 cayeron un -0,48%, y un -2,23%, respectivamente, afectados por la incertidumbre sobre posibles aranceles. La bolsa china, especialmente vulnerable a los riesgos proteccionistas, vio cómo el índice Hang Seng se desplomaba un -4,40%.