Macroeconomía y política monetaria
Se espera un crecimiento débil en Estados Unidos como consecuencia de una política monetaria todavía restrictiva, pero también por el impacto de la crisis bancaria, que afectará a la concesión de crédito y, por tanto, acabará impactando en el crecimiento.
En la eurozona, el crecimiento también se espera que sea más débil y, en este sentido, se supone que ambas economías crecerán por debajo de la tendencia este 2023, con un alto riesgo de recesión leve. El crecimiento global debería beneficiarse de la mejora de crecimiento en China (previsión de un 5,5%-6% en 2023, beneficiándose de la reapertura y la política de apoyo).
Se espera que la inflación se irá moderando, pero todavía se mantendrá relativamente elevada en el corto plazo, especialmente en Europa y el Reino Unido. En Estados Unidos, la inflación debería moderarse este 2023, pero persisten los riesgos a corto plazo de una inflación elevada, teniendo en cuenta la fortaleza de los servicios básicos y cierto repunte en los precios de los automóviles de segunda mano.
Aparentemente, los bancos centrales tendrán que continuar con una política monetaria restrictiva, aunque combinada con las herramientas necesarias para mantener la estabilidad en el sistema financiero. Pero parece que ya estamos más hacia el final de la política de endurecimiento en Estados Unidos: así lo ha dado a entender la Reserva Federal tras su reunión del mes de mayo en la que acabó subiendo los tipos 25 pb y los sitúa en el rango 5%-5,25% máximos desde 2007 y abre la puerta a finalizar el ciclo de subidas de tipos.