El pasado 5 de noviembre, Donald Trump aseguró una cómoda victoria en las elecciones estadounidenses, consiguiendo el control tanto en el Senado como en el Congreso (52 de 100 escaños, y 277 de 538, respectivamente). Este resultado consolida una mayoría republicana después de cuatro años de dominio demócrata y proporciona al gobierno de Trump un amplio margen de maniobra para implementar sus políticas, basadas en un comercio exterior fuertemente proteccionista, una fiscalidad más favorable para las empresas y una mayor presión sobre la Reserva Federal para reducir los tipos de interés.