Los bancos centrales y la inflación han sido los actores principales de esta primera mitad de año en un contexto no visto desde hacía décadas. La inflación ha continuado siendo el tema principal, impulsada por unos mercados laborales ajustados, la dinámica en la cadena de suministros que ha recortado la oferta de muchos materiales clave y las tensiones geopolíticas. En Estados Unidos, la Reserva Federal se ha embarcado en un endurecimiento de su política monetaria para controlar la presión sobre los precios. El resto de bancos centrales con peso dentro de la economía mundial también están listos para hacer frente a la inflación, aunque a un ritmo diferente al de Estados Unidos.