Las edificaciones de un país son un tema muy identitario, son una huella en el tiempo que nos cuenta cómo era una sociedad en un determinado momento, cómo vivían, cuál era su cultura y su percepción del entorno. Podemos decir que los edificios que encontramos en Andorra nos hablan de Andorra y por ello hay que tener claro que todo lo que construimos hoy dejará una huella de larga duración.

Cómo y dónde construimos es una parte importante para definir cómo queremos que sea Andorra en el futuro. Reflexionamos y analizamos con Beti Faura, arquitecta en Andorra, cuáles son los elementos indispensables para hacer un país nuevo. Entre otros proyectos ha trabajado en el Refugi de l’Illa, un edificio que se autoabastece de energía y agua con criterios de máxima sostenibilidad.

«Los edificios que construimos hoy hablan de las inquietudes que tenemos actualmente y que nos han llevado a cambiar el paradigma de la edificación para dejar de considerar las edificaciones como objetos inertes que demandan y consumen energía. Hoy hablamos de organismos vivos que son capaces de producir energía y generar un consumo casi nulo. El reto ahora es ser capaces de ser también sostenibles en el proceso de construcción. Sería bueno que Andorra fuera un referente en construcción sostenible porque el bien más preciado que tenemos en Andorra es la naturaleza.»

Beti explica que es arquitecta porque le gusta crear hogares. Dice que los hogares son uno de los espacios más importantes para las personas ya que es donde se sienten protegidas. Este concepto lo podemos extrapolar a todo un país. Si Andorra es nuestro hogar, hay que hacerla crecer con respeto por el entorno para que podamos vivir cómodos y seguros.

La Andorra del futuro es la que estamos construyendo hoy.