1.- El proyecto nace cuando llegas a Langtang...
Cuando llegamos, vimos que era el sitio indicado. Un desprendimiento de un lago helado a causa del terremoto había sepultado el pueblo entero, llevándose consigo todos sus servicios e instituciones, incluida la escuela y el centro médico. Desde entonces, el valle había quedado prácticamente aislado. Más de la mitad de su población, incluidos niños, se trasladaron a otras zonas menos golpeadas del país. Apenas quedaban unas casas en pie y un pequeño grupo de habitantes, en su mayoría ancianos sin recursos ni posibilidades para abandonar su hogar.
Para proveer una mínima asistencia sanitaria en el valle, la propia comunidad había levantado una pequeña clínica en el pueblo de Mundu, situado 20 minutos caminando montaña arriba del antiguo Langtang, a 3.550 metros de altura. Llegar allí desde Katmandú requiere un día entero por carretera y dos días a pie por la montaña.
Durante el camino, en una pequeña aldea llamada Godatabella, a 2.800 metros de altura, conocimos a Tshering Pema, el líder de la comunidad de Langtang. Habíamos llegado al final de la primera jornada de caminata, cansados y empapados por la fría lluvia que nos cayó en el tramo final. Después de cenar, nos sentamos con Dindu, el dueño del guest house donde nos alojábamos. Le contamos nuestra idea de ayudar. Sin dudarlo, nos llevó a conocer a Pema. Nos dirigió a una especie de almacén y allí, en la oscuridad, en un rincón y entre mantas mugrientas, Pema alzó la cabeza, se incorporó y nos acompañó a la hoguera donde conversamos por unos minutos. Fueron suficientes para darnos cuenta de que finalmente habíamos encontrado lo que buscábamos.
Al día siguiente, Pema nos llevó a la clínica. Conocimos al doctor, que vive permanentemente en un habitáculo de dos por tres metros con un colchón y un hornillo de gas, y fuimos testigos de su falta de medios y de medicinas.
A partir de aquí, solo nos quedaba contar la historia. Transmitimos de la mejor manera que supimos las necesidades de una comunidad aislada en Nepal a las personas que nos rodean en un mundo occidental mucho más privilegiado. La respuesta, campaña tras campaña, ha sido espectacular, desde el primer crowdfunding en 2017 hasta el tercero, que hemos completado este año. Boreal Capital Management ha colaborado en todas y cada una de ellas.