La Inversión Socialmente Responsable (ISR) es un enfoque de inversión cuyo objetivo es incorporar factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo en las decisiones de inversión, y generar rendimientos sostenibles a largo plazo. Esta modalidad de inversión es uno de los segmentos que más está creciendo dentro del sector.
Invertir de manera sostenible significa incluir aspectos “al margen del financiero” en la toma de decisiones de inversión. Son criterios que toman como referencia factores ambientales (cambio climático, emisiones de gases de efecto invernadero, recursos naturales, residuos y contaminación), sociales (condiciones laborales, comunidades locales, salud y seguridad o relaciones con los empleados) y de gobierno corporativo (medidas contra el soborno y la corrupción, estrategia fiscal, diversidad y estructura de las juntas directivas) (criterios ESG por sus siglas en inglés – environmental, social, and governance).
De acuerdo con el Instituto para la Inversión de Morgan Stanley, el 85% de los inversores está interesado en inversiones sostenibles. En cuanto a la generación millennial, el 67% los inversores participa en al menos una actividad de inversión sostenible y es una generación con casi el doble de posibilidades de invertir en empresas o fondos cuyos objetivos establezcan resultados sociales o medioambientales específicos.