En todo lo que hacemos a menudo hay intangibles que marcan la diferencia entre el éxito y el fracaso, entre tener un sueño y hacerlo realidad. Uno de estos valores es innegociable y altamente valioso, la confianza, y la historia del MoraBanc Andorra es un buen ejemplo de todo lo que se puede lograr si tienes más confianza que límites.
A finales de los 90 el Morabanc Andorra descendió a las categorías más bajas del baloncesto por temas extradeportivos. Poco después se hacía cargo del club una junta formada por exjugadores que habían defendido la camiseta en estas divisiones territoriales. Al frente, Gorka Aixàs, expuso que el objetivo era volver a la ACB. La respuesta inicial fue un «tú estás loco» pero, poco a poco, la confianza que tenía aquel grupo dio sus frutos.
En 2014 el club regresó a la ACB y las claves de ese éxito son aplicables a cualquier proyecto, empresa o sueño.
La confianza ha sido uno de los factores que ha estado presente en todo el camino. Creer en lo que haces, en lo que quieres hacer, da un impulso extraordinario y propicia que las otras personas se sumen y también crean con mayor facilidad.
La unión fruto de esta confianza es la fuerza que lleva adelante el proyecto. Configurar valores comunes y sentimientos compartidos no es fácil, pero marca la diferencia, y el MoraBanc Andorra lo ha conseguido de manera clara.
Las personas. Pocos proyectos relevantes son posibles sin un equipo. En el caso del baloncesto, a aquella directiva formada por exjugadores, se sumaron un director técnico, Francesc Solana, y un entrenador, Joan Peñarroya, de larga duración y compromiso, además de un responsable de comunicación, Gabriel Fernández, que le ha dado una personalidad al club muy diferenciada.
Con estas claves, el MoraBanc Andorra ha creado un proyecto de país. Ha demostrado que, a pesar de ser un equipo pequeño, no se debe renunciar a nada, porque con confianza, esfuerzo y determinación se puede derrotar al Real Madrid o al FC Barcelona, disputar la Copa del Rey, los Play-Off y hacer sonar el nombre de Andorra en competiciones europeas. Y si todo es posible para un club pequeño, también lo es para un pequeño país. Por eso estamos con las personas que hacen un país nuevo, sin límites, con confianza.