El verano de 2024, marcado por unos mercados volátiles
2 Septiembre de 2024
El mes de agosto estuvo marcado por la incertidumbre sobre el futuro de la política monetaria, los datos macroeconómicos de EE. UU. y las fluctuaciones del mercado de renta variable. Las principales bolsas globales sufrieron una fuerte sacudida debido a datos macroeconómicos de EE. UU. que sugerían una posible recesión. El desempleo de julio subió del 4,1% al 4,3%, un pequeño aumento que muestra una tendencia preocupante. Si bien el nivel sigue siendo bajo, es la trayectoria ascendente lo que genera inquietudes, especialmente porque la creación de empleo también estuvo por debajo de las expectativas. Esto generó temores a nivel global y desembocó en lo que se conoce como “lunes negro”, en referencia a la sesión del 5 de agosto, cuando las bolsas estadounidenses, europeas y asiáticas sufrieron caídas impactantes. La bolsa japonesa fue la más afectada, ya que retrocedió un 12,40% en solo una sesión, afectada también por las subidas de tipos de interés por parte del BoJ. Sin embargo, el mercado se recuperó rápidamente y, en dos semanas, los índices principales –como el S&P 500, el Nasdaq, el Eurostoxx 50 y el Nikkei– ya superaban los niveles de principios de mes gracias a datos de crecimiento económico y de inflación más esperanzadores.
Los bancos centrales volvieron a ocupar el centro de la atención, con el foco del mercado en los posibles recortes de tipos de interés por parte de la Reserva Federal (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE). Hasta el momento, ambos bancos centrales mantuvieron inalterados sus tipos de interés durante las reuniones mensuales, pero la atención se centra en los posibles recortes de septiembre, motivados por una inflación más moderada a ambos lados del Atlántico. Por otra parte, otros bancos centrales sí modificaron los precios del dinero. El Banco de Inglaterra aplicó la primera bajada desde 2020, con una reducción de 25 puntos básicos. En cambio, el Banco de Japón subió sus tipos de interés en 15 puntos básicos, situándolos por encima del 0% por primera vez desde 2010.
A consecuencia de los temores de recesión en EE. UU., las caídas en los principales índices bursátiles y las expectativas de bajadas de tipos por parte del BCE y la Fed, los precios del mercado de renta fija de las principales economías desarrolladas aumentaron significativamente, mientras que las rentabilidades cayeron. El rendimiento del treasury americano a 10 años descendió hasta el 3,79%. En Europa, los tramos cortos también reflejaban futuras bajadas de tipos, situando el bono a 2 años español en el 2,63% y el alemán en el 2,33%.
Macroeconomía y política monetaria
Global: Se espera que el crecimiento en los Estados Unidos se vaya moderando, pero que se mantenga positivo. En Europa se observan mayores signos de mejora del ritmo de crecimiento. China necesita más estímulo para conseguir un giro económico. En cuanto a la desinflación, debería continuar durante el segundo semestre de 2024. Teniendo en cuenta las elecciones presidenciales de Estados Unidos y el resultado de las elecciones anticipadas parlamentarias francesas, la incertidumbre política aumenta.
Estados Unidos: El crecimiento se ha moderado en el primer semestre del año, frenado por la desaceleración del consumo. La reciente debilidad de los datos de vivienda comporta riesgos a la baja para las inversiones residenciales. Sin embargo, un elevado nivel de inmigración y unas condiciones financieras más fáciles deberían apoyar el crecimiento a corto plazo. Un aterrizaje suave es el escenario base, pero el riesgo de recesión se mantiene por encima de la media. Esperamos que la desinflación se mantenga en el segundo semestre del 24. Por otra parte, esperamos que la Fed empiece a rebajar los tipos de interés en el segundo semestre del 24 (septiembre) gracias a una menor inflación y un mercado laboral menos tensionado.
Expectativas de consumo en EE. UU.
Fuente: Multi Asset Solutions Goldman Sachs, Global Investment Research Goldman Sachs
Europa: Se observa una mejora del impulso del crecimiento. El ingreso real de los hogares continuará apoyado por el sólido crecimiento de los salarios nominales y la inflación en descenso. Mientras, el lastre monetario debería disminuir gradualmente a medida que avance el año. Se espera que esta combinación mejore el crecimiento paulatinamente. Sin embargo, para que esto suceda, el mercado laboral deberá mantenerse relativamente resistente. A medida que el crecimiento repunte y sustente la productividad, el riesgo de que el mercado laboral se hunda disminuirá.
El BCE recortó los tipos 25 pb en junio, como se esperaba, con poca orientación de lo que va a hacer en el futuro. Esperamos que el BCE recorte los tipos de interés más que la Fed este año.
Ventas minoristas y confianza de los consumidores en la zona euro
Fuente: Comisión Europea, Eurostat, LSEG Datastream, J.P. Morgan Asset Management
Perspectivas de mercado
En cuanto al mercado de renta variable, se mantiene en un entorno resiliente. Pese al aumento de la volatilidad ante los signos de desaceleración de los Estados Unidos, donde se espera que la desinflación permanezca, unas expectativas de crecimiento de los beneficios empresariales y la previsión de una política monetaria menos restrictiva permiten un escenario constructivo para la renta variable.
Nuestro posicionamiento en renta variable es neutral, con una preferencia por las pequeñas compañías por su infravaloración y por la renta variable europea.
La renta variable europea se ha quedado atrás en términos de valoración. Una mejora en la combinación de crecimiento/inflación, además del cambio de política monetaria iniciada por el BCE anticipando unos recortes de tipos más rápidos, podría impulsar un mejor comportamiento de los mercados de la zona euro. Por otra parte, la composición sectorial de los índices europeos (menos IA, mayor consumo) aporta diversificación respecto a los índices de EE. UU.
En cuanto al activo de renta fija, nos mantenemos con una visión positiva a medio plazo, en un entorno de bajada de tipos que se está iniciando en esta segunda parte del año. Una combinación de perspectivas macroeconómicas positivas, unos bancos centrales que relajan su política monetaria y unos niveles de diferenciales de crédito ajustados nos hacen estar neutrales en el crédito.
Ante el cambio esperado en la política monetaria en EE. UU., tras observar un enfriamiento del mercado laboral, la renta fija gubernamental ha realizado un movimiento de estrechamiento de las rentabilidades. Pensamos que este movimiento debe continuar y mantenemos la recomendación positiva, con una duración media (3-5 años) en la deuda gubernamental. Para el crédito IG, nos mantenemos positivos a corto plazo y neutrales a largo plazo. El carry sigue siendo atractivo por el crédito de grado de inversión.